Aquí estoy de nuevo, voy a seguir con mi relato, espero que no sea aburrido, de la experiencia de Lisboa en Navidades.
Vamos a empezar desde el inicio, cuando llegamos al aeropuerto, a la hora prevista, nos fuimos a por un Taxi para que nos llevara al hotel que habiamos reservado por internet, como no. El buen hombre, como nos vió cara de guiris, por que el cuñado domina muy bien el portugués, nos dió una vuelta turística por las afuera de Lisboa, en fín es el precio que hay que pagar supongo, al menos el conductor era amable y se sabía ganar al pasajero.
Una vez que llegamos al hotel, hicimos el check-in correspondiente, y aunque a nosotros no nos tocó una bañera redonda, la habitación era correcta. no os puedo dar el nombre ya que hace más de un año de esto, y mi memoria no es la misma que antaño.
Una vez probadas las habitaciones, a llenar la barriga, estabamos un poco perdidos, y al final fuimos a parar a un bar de menús, donde el plato estrella era el bacalao, que ilusión, con lo que me gusta a mí jajajaj, en fin hay que amordarse a las circustancias.
Bueno vamos a lo que vamos, por fin llegamos al centro de Lisboa, y lo primero que vemos en un FNAC, que ilusión irse a otro país para ver cosas nueva no? jajaj. Del centro me quedo con los adornes de las calles, las castañas calentitas, y como no de sus riquisímos pasteles, hay bastantes pastelerías para olvidarte de la dieta, pero para pasteles, bajo mi punto de vista, los de Belem, de exquisita crema, no os puedo decir nada más, ya que la receta no se ha hecho pública.
Aquí os dejo una foto hecha desde la torre Santa Justa.
Vamos a empezar desde el inicio, cuando llegamos al aeropuerto, a la hora prevista, nos fuimos a por un Taxi para que nos llevara al hotel que habiamos reservado por internet, como no. El buen hombre, como nos vió cara de guiris, por que el cuñado domina muy bien el portugués, nos dió una vuelta turística por las afuera de Lisboa, en fín es el precio que hay que pagar supongo, al menos el conductor era amable y se sabía ganar al pasajero.
Una vez que llegamos al hotel, hicimos el check-in correspondiente, y aunque a nosotros no nos tocó una bañera redonda, la habitación era correcta. no os puedo dar el nombre ya que hace más de un año de esto, y mi memoria no es la misma que antaño.
Una vez probadas las habitaciones, a llenar la barriga, estabamos un poco perdidos, y al final fuimos a parar a un bar de menús, donde el plato estrella era el bacalao, que ilusión, con lo que me gusta a mí jajajaj, en fin hay que amordarse a las circustancias.
Bueno vamos a lo que vamos, por fin llegamos al centro de Lisboa, y lo primero que vemos en un FNAC, que ilusión irse a otro país para ver cosas nueva no? jajaj. Del centro me quedo con los adornes de las calles, las castañas calentitas, y como no de sus riquisímos pasteles, hay bastantes pastelerías para olvidarte de la dieta, pero para pasteles, bajo mi punto de vista, los de Belem, de exquisita crema, no os puedo decir nada más, ya que la receta no se ha hecho pública.
Aquí os dejo una foto hecha desde la torre Santa Justa.
Y aquí una foto con los protagonistas de esta peli.
1 comentario:
Bueno, bueno, bueno!!!!!!!! Mira con lo que me encuentro!! Anda que dices algo capullin! Ahora ya no tienes excusas para visitar mi blog! Ya tengo ganas de leer más cosas sobre tus viajes, aunque Quimet y yo tenemos la suerte de que nos lo cuentes en persona.
Te puedo enlazar en mi blog?
Petonets guapísimo!!!
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